No otra cosa que el control es lo que Mauricio Macri pretendía realizar arrasando, recientemente, una huerta comunitaria en el barrio de Caballito. En el saturado orden de la mercancía, todo resquicio considerado indeseable debe ser, como la huerta, erradicado. Si los modos legales no fueran suficientes a los fines, bien se podrá recurrir al obrar de grupos de tareas y, de esta manera, normalizar, des-intrusar la ciudad.
Para la normalización que inviste los cuerpos, entonces, no ya lo diferente, pasible de ser industrializado como producto-vedette, sino aquello que pone en suspenso las coordenadas espacio-temporales de la forma-mercancía, es lo que debe ser dejado al cuidado de las topadoras y los mercenarios del control. ¿Ya estará bueno Bs. As.?
Una similar pretensión de control, asimismo, ocupará las representaciones. El ruido blanco de los medios, con sus tecnologías de normalización en torno al común, como es de esperar, no se hizo eco del orgásmico murmullo huertero. Control, se nos ha dicho, es el nombre del nuevo monstruo que viene a reemplazar al orden disciplinario de los cuerpos. No se tratará, por cierto, de temer o esperar, sino de buscar nuevas armas.
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Habría que preguntarse qué cosa distingue a una huerta comunitaria. Quizás con ello logremos entender qué era aquello que resultaba intolerable para el gobierno macrista. Rápidamente podemos adelantar que, en ella, ya no se trata de la mera provisión de alimentos, como tampoco se puede reducir la experiencia a la de un vivero.
La provisión de alimentos, sea en un almacén o verdulería, es cosa otra. La vivencia huertera no tiene que ver con la posesión de dinero, sino con la inmediatez del propio hacer, que es, a su vez, un hacer con otros y la tierra, en ambos casos con una modalidad específica de relacionarse, no reductible a puro medio, instrumento.
Producción y autoabastecimiento de alimentos –no bombas-, plantas medicinales y otras variedades bio-diversas conformarán la experiencia. Importa además el modo. Se compartirán saberes-prácticos y experiencias eco-lógicas en torno al hacer, como también se interrogarán las modalidades industriales de producción, agroquímicos y agronegocios. Impacto socio-ambiental. Soberanía alimentaria, autosustentabilidad.
Asimismo, se cuestionarán las formas de vida urbana, sea el borramiento de las marcas propias de la ciudad –y su concerniente estandarización bajo el código de las franquicias mercantiles-, los fastuosos negoci(ad)os inmobiliarios, como también la auto(in)movilización como cifra de la máquina de máquinas –y su contraparte caótico-polucionada. Se interrogarán los modos alimenticios basados en la vida animal, proponiendo a su vez el veg(etari)anismo. Se recompondrán lazos sociales con el barrio, realizando encuentros de todo tipo, además de con otras experiencias similares que habitan el espacio de lo público. El espacio verde será entendido ya no como mero estereotipo, sino como consustancial a la vida, lejos del asfalto, los cercos y las rejas.
Se podría decir, entonces, que sustraer al común la experiencia que antaño residiera en el propio saber-hacer, es ya un momento de la privatización social. Los modos de relacionarse hablarán, de esta manera, de cercamientos en torno a lo colectivo. Habrá supermercado y urna. La experiencia huertera buscará hacer proliferar otros modos de ser. Las plazas compondrán, con ella, un espacio donde habitar la cosa común, y ya no la privatización securitaria, o mejor aún, el ordenamiento policial de los cuerpos.
La ecología pareciera ser ya un discurso común en boca de los mismos que, a su vez, producen industrialmente más muerte y contaminación. Es claro, no persiguen sino valorizar nuevos mercados –y el espectáculo, va de suyo, no deja de hacer lo propio. Sin embargo, contra la pretensión de los mercaderes, la ecología remite a una significación originaria del capital –el dominio instrumental-, la cual informa la totalidad de la vida. Con ella hará emergencia, entonces, la inaplazable pregunta por lo común.
La experiencia huertera, por tanto, prefigura otros modos de habitar la metrópolis urbana –y su difuso entramado de dispositivos-, ensayando así prácticas sociales específicas de reinvención ecológica –ambiental, social, individual-, sustraídas éstas a la pretensión de dominio-sobre. Se tratará, entonces, de hacer experiencia de otros modos de estar en el mundo, con los otros y las cosas. Quizás sea esto lo que distinga a la huerta. Allí se habita como si dijéramos más originariamente el mundo, puesto que se abren los posibles a una singular manera de hacer experiencia de él. Esta vivencia, cuidadosa del ser, puede ser considerada si no originaria, al menos deseable –la voluntad es allí un tender hacia otras modalidades del ser-con-otros.
Pensar las maneras de ser específicas que allí han tenido lugar, por tanto, es pensar no sólo las formas organizativas autónomas que han sabido darse, las redes que se han tejido con experiencias afines, sino también la experimentación de formas de vida resistentes, anómalas, refractarias al control, o lo que es igual, al muro de la normalización. Lo que acontece en los márgenes, entonces, nada tiene de marginal.
Distinto que la experiencia privada de mundo –y del otro- que la privatización social encarna, lo que allí aconteció traduce una verdadera práctica terapéutica. Si la normalización produce una forma privatizada de individuo, entonces, forzosamente, hemos de devenir minoritarios. Se tratará así de hacer sabotaje creativo a la máquina.
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Quien haya leído La conquista del pan sabrá la importancia que Kropotkin atribuía al alimento para un proceso de autoorganización social. Contra la concepción jacobina que reducía todo a la conquista del poder político, es decir, a la conformación de nuevos patrones –aunque éstos se llamasen comisarios-, posesión de la máquina-Estado mediante, Kropotkin diría que hay que asegurar, primero, el pan para todos.
¿Cómo? No es cuestión de recetas, es claro, pero resulta condición de posibilidad para ello que el común se sepa servir a sí mismo, es decir, que se autogestione y no ya que se subordine a las órdenes dictadas por los hombres de buró central. Los usos comunales, la cooperación y el apoyo mutuo, o lo que es lo mismo, la invención de nuevas formas de la autoorganización social serán, entonces, requisito fundamental.
Sería preciso, por lo tanto, para Kropotkin, que las grandes ciudades cultivaran la tierra, que los parques y jardines de los señores fuesen así recuperados. Las tierras estaban, los brazos se prestarían al trabajo de igual manera, la inteligencia del común se portaba consigo mismo ¿qué más haría falta? Nos da gusto pensar que esta propuesta comunitarista, pensada para otras circunstancias, es claro, y a la que sólo cabe agregar la pregunta en torno a los modos de ser de la técnica, y su referencia a lo ecológico, ha sido y aún hoy es verificada por experiencias moleculares como
Quien busque en la huerta la lucha final, de seguro, no la encontrará, aquella barricada no dará, acaso, lugar a tan ansiada –pero no menos mítica- estocada. En la huerta, las irreductibles formas de vida que se han sabido experimentar proliferan como indicios, aquí y ahora, de otros mundos, es decir, de otros modos de hacer-ser, dentro, contra y más allá del capital. El ensayo de la autogestión, por tanto, inscribe líneas de fuga en los bordes del cuerpo normalizado de la ciudad, espacios de libertad que, al tiempo que la hacen habitable, abren a un puro tiempo-ahora, inventando así otros posibles.
Nota: se puede leer el texto traducido al portugués en Indymedia Brasil.
JORNADA Y ACTO POR LA RESTITUCIÓN DE LA HUERTA ORGÁZMIKA y DE REPUDIO POR LOS HECHOS REPRESIVOS EN CABALLITO
ResponderEliminarEL SÁBADO 6 DE JUNIO, EN EL MARCO DE LA “FERIA DEL ENCUENTRO” LLEVADA A CABO EN LA PLAZA GIORDANO BRUNO (Neuquén y Honorio Pueyrredón) REALIZAREMOS UNA JORNADA A PARTIR DE LAS 11hs CONVOCANDO A UN ACTO A LAS 16 HS.
INVITAMOS A TODAS LAS PERSONAS, GRUPOS Y ORGANIZACIONES A ADHERIR Y PARTICIPAR DEL ENCUENTRO.
El lunes 18, a las 4 de la madrugada, desalojan de forma violenta e ilegal a la “Huerta Orgázmika de Caballito”. El operativo no sólo dejó a tres compañeros heridos, debido al accionar de la patota de la UCEP, sino que una huerta hermosa, con mas de 7 años de trabajo a todo pulmón en diferentes experiencias ecológicas, gran variedad de plantas medicinales, varios árboles y muchísimas plantas comestibles, un invernadero y un horno de barro, quedó totalmente devastada.
El día martes 19 , en búsqueda de una explicación del director del CGP N6 Marcelo Iambrich (con quién veníamos manteniendo una mesa de diálogo para buscar una “resolución conjunta”) encontramos por respuesta una represión insólita e injustificada por parte de la infantería y policía de la comisaría N 11, resultando herida en la cabeza ( seis puntos de sutura) una compañera, luego de haber sido rodeada y golpeada por varios efectivos de la infantería.
Conociendo el vínculo con el Centro Cultural La Sala, ubicado en Avellaneda 645, a más de 10 cuadras del CGP,y en menos de 15 minutos, 10 patrullas y tres carros de infantería irrumpieron en el mismo sin ninguna orden judicial efectuando un violento allanamiento ilegal: destruyeron lo que encontraron a su paso, robaron pertenencias y la gente que se encontraba en el espacio quedó detenida, luego de ser golpeada brutalmente, entre ellos una chica embarazada. Este hecho dejó a varias personas con lesiones significativas y un compañero internado durante más de dos días con el riñón comprometido. Fueron detenidas 22 personas en la comisaría 11 y liberadas esa misma noche gracias a la presión de personas autoconvocadas, organizaciones sociales, de DDHH y medios de comunicación.
Ante lo sucedido exigimos:
- Renuncia de los responsables políticos de la represión y desalojo en al Huerta Orgázmika
- Restitución del terreno de la Huerta ubicado en Rojas y la Vía
- Juicio y Castigo para los responsables del violento accionar en el Centro Cultural La Sala.
- Anulación de las causas de todas las personas detenidas
CENTRO CULTURAL LA SALA. Avellaneda 645. 4901-2385 – 15-6447-8280
Llego aquí desde Tereré.
ResponderEliminarY aunque seguramente coincidiremos en algunas cosas, y en otras disentiremos, me quedo un rato, mirando y descubriendo que hay mucho por aquí por descubrir.
Y si bien yo sí doy cátedra, en cierto sentido, por cuestión profesional, pero entendiendo a la docencia también desde un costado alternativo, me llevo prestado el bello poema de Prévert, para que mis estudiantes puedan leer en la columna lateral de nuestro espacio.
Gracias.
lleve nomás; cual grito muntzeriano, omnia sunt communia
ResponderEliminarpor otra parte, "no damos cátedra" refiere justamente a eso, a la experiencia de otros modos de producción del conocimiento no jerárquicos, es decir, sin parcelamientos en torno a lo común, lo q no es necesariamente sin docente, pero bueh, es tema abierto a la reflexión, sobre todo, colectiva, ¿no?
te dejé los datos del poema en tu espacio, salud
gastón
excelente. hermoso artículo.
ResponderEliminaralto redescubrimiento este sitio y la claridad de sus conceptos, bravo.
Felicitaciones, muy buenas reflexiones para ser difundidas. En el espacio de la revista estamos asediados/as y agobiados/as por parciales, coloquios y otras instancias de docilización y normativización académicas, pero apenas pase esta tempestad de alienación exo/autoimpuesta, haremos discusión sobre este material.
ResponderEliminarPronto saldrán nuestros materiales! Estamos en pleno proceso, asi que voy generando la expectativa...
hola, escribo para dejarles un dato... se puede participar en los premios para los mejores blogs de la blogosfera en http://lablogoteca.20minutos.es/ y yo creo que ustedes califican muy bien... Si llegan a ganar algo inviten una ronda a Desobediencia.
ResponderEliminarBesos
M
su articulo ha sido traducido al portugués.
ResponderEliminarhttp://prod.midiaindependente.org/pt/blue/2009/06/449204.shtml
sismos
a quién haya traducido el artículo, ¡gracias totales!
ResponderEliminarlo agregamos al cuerpo del texto
g.-
muy bueno el texto, a mí me quedó reverberando especialmente la última parte. a finales de mes nos vamos a Asunción invitadxs por la gente de la revista Periférica (abajo pegoteo la data) y de seguro llevo una impresión del texto y alguna otra cosita que le pueda expropiar al blog de ustedes para que los conozcan lxs cumpas de allá...
ResponderEliminaralegría y anarquía para todxs..
del 27/7 al 2/8 si no nos cierran las fronteras, en la casa comunal de lxs cumpas que hacen la revista antimilitarista anarquista queer feminista latinoamericana Periférica!
avisame a pidoperdonzine@hotmail.com si querés mandar tu zine, producción independiente o lo que sea...
semana de Proyectil Fetal en Asunción
Noches de Largo:
Nica Libre (Documental sobre lo que dejó la revolución sandinista)
Tarnation (Bio-film sobre las familias disfuncionales americanas, el poder psi y las drogas)
Let the right one in (Película queer sobre vampiros y abuso infantil)
Proyectil Fetal Proyecta Trava
El Teje
Enérgico movimiento de la Voluntad.
Post Porno masculino x Mathew Barney
Té y Masas: Charlando con PF
Anarquismo y Autonomía del Sujeto: el caso America Scarfó y Severino Di Giovanni
Anarquismo y S/M: sexualidades contra-hegemónicas
Anarquismo y sexualidades infantiles avasalladas
Anarquismo y feminismo y queer: de La Voz de la Mujer a la Ley de Trata
Otros medios: Presentación de Fanzines
El Látigo de Emma (Anarquismo disidente x Proyectil Fetal)
Pido Perdon Zine (Cosas que pasan en la infancia x Laura Contrera)
El Don de Creer (Poemas Anarquistas por Leonor Silvestri)
Lectura de Poemas con micrófono abierto
Traer los poemas que te salvaron la vida…
Performance
Proyecto Marlene como devenir Trans…
¿acaso piensan crear la internacional S/M allá?
ResponderEliminargracias por el aventón!
no tenía esa revista, ya la estoy leyendo...
g.-