La llamada acumulación originaria en
(cualquier parecido con el capítulo XXIV de “El capital” no es mera casualidad)
1- EL SECRETO DE
Hemos visto que las agrupaciones profesionales pueden hacer política porque se han ganado un espacio físico en la facultad con su lucha, lucha que a su vez presupone que eran capaces de hacer política. Todo este proceso parece moverse dentro de un círculo vicioso, del que sólo podemos salir dando por supuesto una acumulación «originaria» anterior a la acumulación de espacios físicos («previous accumulation», la denomina Adam Smith).
En tiempos muy remotos —se nos dice—, había, de una parte, una élite de luchadores, y de la otra, un tropel de haraganes, que derrochaban cuanto tenían y aún más. Estas niñerías insustanciales justificarían hoy la propiedad que las agrupaciones tienen sobre el espacio público.
Sabido es que en la historia real desempeñan un gran papel la conquista, el esclavizamiento, el robo y el asesinato, la violencia, en una palabra. Pero en la dulce política universitaria ha reinado siempre el idilio. La única fuente de espacios ha sido, desde el primer momento, la lucha. En la realidad, los métodos de la acumulación originaria fueron cualquier cosa menos idílicos.
La política profesional tiene por presupuesto la separación dirigentes-dirigidos y su accionar no sólo mantiene este divorcio, sino que lo reproduce en una escala cada vez mayor. La llamada acumulación originaria no es, pues, más que el proceso histórico de esta disociación.
Por otra parte, esta estructura se ha basado en
La historia de esta acumulación presenta una modalidad diversa en cada facultad, y en cada uno de ellas recorre las diferentes fases en distinta gradación y en épocas históricas diversas. Reviste su forma clásica sólo en el nuevo edificio de Sociales en el barrio de Constitución, sede que aquí tomamos, por tanto, como modelo.
2- COMO FUE EXPROPIADA DEL SUELO
En Constitución, al ser una nueva sede, el suelo aún era propiedad comunal. Pero el poder real, representado en la figura del rey Federico I de la tradicional casa de los Schuster, producto también del desarrollo de las agrupaciones políticas profesionales, en su deseo de conquistar la soberanía absoluta aceleró el proceso de apropiación de los espacios comunes al ofrecer un acuerdo con las agrupaciones. El edicto de Federico encerraba un sentido profundo y maravilloso, puesto que creaba mesas de una determinada dimensión normal, es decir, les garantizaba una proporción de tierra a las agrupaciones.
Leemos así, en el edicto real del 17 de Marzo: “
A su vez, la llamada “democratización” ya había venido a dar un nuevo y espantoso impulso al proceso violento de expropiación de la masa estudiantil al arrebatar los bienes de las castas feudales de
El progreso aportado por el rey Federico de Schuster consiste en que ahora la propia ley se convierte en vehículo de esta depredación de los bienes del pueblo, aunque las grandes agrupaciones sigan empleando también, de paso, sus pequeños métodos personales e independientes.
3- LEGISLACIÓN SANGRIENTA CONTRA LOS EXPROPIADOS
Históricamente este proceso, que hemos visto repetido en la nueva sede de Constitución, ha sido acompañado de legislación tendiente a eliminar los intentos de autoorganización de los estudiantes. Ya años atrás, Fortunato I (de la casa Malimacci) legisló que aquellos individuos susceptibles de repartir volantes para alguna agrupación, y que intentasen formas de organización propia, serían castigados con azotes y reclusión. Se les ataría a la parte trasera de un carro y se les azotaría hasta que la sangre manase de su cuerpo, devolviéndolos luego, bajo juramento, a su curso natal para que «se pongan a trabajar». En caso de reincidencia, debería azotarse de nuevo al culpable y cortarle media oreja; a la tercera vez que se le cogiese, se le ahorcaría como criminal peligroso y enemigo de la sociedad. Sin embargo, aquellos estudiantes que se quedasen recluidos en sus aulas limitándose a “estudiar”, sin intentar ninguna clase de participación política, no serían molestados.
4- GÉNESIS DEL POLÍTICO PROFESIONAL
La génesis del político profesional se desarrolló de un modo lento y paulatino. De todos modos “Los actos de barbarie y de desalmada crueldad cometidos por las razas que se llaman políticas en todas las partes del mundo y contra todos los estudiantes del orbe que pudieron subyugar, no encuentran precedente en ninguna época de la historia universal ni en ninguna raza, por salvaje e inculta, por despiadada y cínica que ella sea”.
El excedente proveniente de apuntes, bares, etc., ha sido una de las palancas más potentes de la acumulación originaria. Es como una varita mágica que infunde virtud procreadora a la militancia improductiva y la convierte en capital sin exponerla a los riesgos ni al esfuerzo que siempre lleva consigo la verdadera lucha.
5- TENDENCIA HISTÓRICA DE
¿A qué se reduce la acumulación originaria del espacio físico, es decir, su génesis histórica? La acumulación originaria significa solamente la expropiación del estudiantado, o lo que es lo mismo, la destrucción de la autoorganización basada en el trabajo propio.
La propiedad privada del espacio público, por oposición a la social, colectiva, sólo existe allí, donde los medios de trabajo y las condiciones externas de éste pertenecen a particulares. Sistema que solo es compatible con unos límites estrechos y primitivos de la sociedad. Querer eternizarlo, equivaldría, como acertadamente dice Pecqueur, a «decretar la mediocridad general».
Esta mediocridad se expresa en situaciones como la del sábado 17. Volvamos sobre el edicto mencionado: “Luego de una primera ronda de negociaciones entre las agrupaciones, éstas solicitaron a los funcionarios presentes flexibilizar un poco el diseño de manera tal de que más agrupaciones pudieran instalarse en la planta baja. Se les concedieron 7 espacios más sin vulnerar las áreas protegidas y, tras varias horas de discusiones –alrededor de las 15 hs– cuando parecía que la racionalidad se imponía, un grupo numeroso de militantes de distintas agrupaciones que aguardaban afuera del predio forzó el portón de entrada e ingresó al lugar...”, “Fue en ese momento cuando comenzaron los forcejeos por un espacio entre dos agrupaciones... Los funcionarios entonces invitaron a los militantes estudiantiles a que los acompañaran a abandonar el edificio y se les comunicó que si no lo hacían se consideraría 'tomada' la nueva sede. Ya fuera de la nueva sede y pasada casi una hora del retiro, un trabajador no docente informó a los funcionarios que se había producido una gresca entre militantes, la que concluyó con el retiro de una agrupación con la promesa de venganza”. No menos patética fue la decisión de el rey Federico Schuster: “La determinación de no comenzar las clases el día lunes, tal cual estaba previsto, obedece –por todo lo expuesto– a que, por un lado no están dadas las garantías para que hechos de esa magnitud no vuelvan a suceder el lunes y, por el otro, pretendemos con esta decisión realizar un gesto de rechazo a estas actitudes que van en contra de las pautas mínimas de convivencia que una institución se debe. Apostamos a que este lunes de inactividad académica y administrativa se convierta en una jornada de reflexión sobre esta cultura política e institucional que, en mayor o menor medida, todos los miembros de la comunidad de Sociales estamos protagonizando”. Es realmente poco probable que cerrar la facultad impidiendo a los estudiantes reunirse ayude a la reflexión sobre un problema del cual la propia gestión real es parte.
Probablemente, saber qué agrupación fue la que inició los incidentes sea una realidad tan huidiza que debamos dejárselo al arduo trabajo de los historiadores del futuro dilucidarlo(1). Lo realmente importante es la lógica acumulativa del espacio público en el cual los participes están inmersos.
Lo cierto es que llegado a cierto punto de este estado de cosas, hácese necesario destruirlo, y es destruido. Le llega la hora a la propiedad privada. Los expropiadores son expropiados.
(1) Por otra parte estos incidentes son comunes en la historia de
Nota: Este texto fue escrito por el colectivo autogestivo La Peste, en el año 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario